En la sociedad en que vivimos nos han enseñado una enorme cantidad de creencias sobre lo que debería ser el amor, que tienden a no ser realistas y además a la larga terminan siendo perjudiciales para mantener relaciones sanas. Ser conscientes de esas creencias erróneas puede ayudarnos a ver las cosas de forma más real, no caer en relaciones tóxicas y llevar una vida más feliz.
Es habitual que la visión que tengamos del amor esté basada en aquel ideal romántico al que podemos acusar a Romeo y Julieta, Disney e infinidad de películas americanas. Pensamos que el amor cambiará nuestra vida, encontraremos a la persona que nos complemente a la perfección, un compañero que nos haga felices, donde no existan secretos pero sí celos y una pasión infinita. El problema es que cuando nos topamos con la realidad, nos frustramos al ver que no es aquello que soñamos y creemos que todo está mal, aunque no sea así. Resulta que la realidad es muy distinta de las expectativas que teníamos. Aquí os muestro brevemente las más conocidas creencias erróneas sobre el amor.
La media naranja. Está muy extendida la idea de que todos tenemos en algún lugar del mundo esa media naranja que nos está predestinada. Esta ideade que somos la mitad de un todo puede resultar sumamente dañina, por más bonita que parezca. Muchas personas van por la vida creyendo que su vida sólo estará completa una vez que encuentren a su otra mitad. Somos seres completos, pensar que necesitamos de alguien más para completar nuestra felicidad es uno de los errores más graves que podemos cometer. Basarnos en esta creencia puede generar relaciones de dependencia y una sensación de vacío cuando no se tiene cerca al otro. Debemos ser conscientes de que una pareja está formada por dos personas COMPLETAS, no por dos mitades, cada una con intereses y deseos personales. La pareja es un complemento, pero cada uno es un individuo completo. El amor es una unión, no una fusión.
Para ser feliz necesitas una pareja. Muy relacionada con la anterior. Nos han enseñado que parte del proceso natural de la vida es encontrar a ese ser especial con quien compartirla y la gente parece ver con pesar a aquellos que no han “encontrado el amor”. Sí, el amor es maravilloso y una pareja puede ser un gran apoyo, pero no es algo imprescindible. La idea de que la vida no está completa si no tienes “alguien especial” puede ser la causa de que a menudo no valoremos otras áreas de nuestra vida como la vida social, familiar o incluso de crecimiento personal. La felicidad está en nosotros, no en otra persona, si no podemos ser felices con nosotros mismos una pareja no cambiará eso.
Entender a la perfección al otro. Esta quizá es una de las creencias más extendías. Consiste en pensar que puedes encontrar a alguien que te comprenda totalmente, que con apenas un gesto o un par de palabras sepa casi por arte de magia justo lo que estás pensando o sintiendo, que sin tener que pedirlo sea capaz de saber exactamente qué es lo que quieres. Esto trae muchos disgustos en las parejas, ¿os suenan frases como “Estoy mal y no me abraza”, “Vengo cansada y no me ayuda”, etc? ¿Hemos probado a CONTARLO? He aquí el quid de la cuestión: si queremos algo tenemos que decirlo porque si no crearemos expectativas que de no ser cumplidas darán lugar a la desilusión y a los problemas. Cada cabeza es un mundo y no puedes esperar que tu pareja piense igual a ti. No esperes a que reaccione como quieres, si deseas algo, no hay nada mejor que la COMUNICACIÓN para conseguirlo.
No deben existir secretos en la pareja. Acabo de decir que la comunicación es importante, pero también es importante no caer en el exceso de querer decir todo. Nos han dicho que la clave de la confianza es la sinceridad, pero la sinceridad también tiene sus límites. No puedes decir absolutamente todo lo que piensas o sientes, también tenemos derecho a un grado de intimidad que es bueno conservar. Lo que decimos puede hacer tanto daño como lo que callamos, lo importante es pensar antes de hablar y no caer en los extremos. Al igual que podemos expresarnos, también tenemos derecho a guardar nuestros secretos.
Si no siente celos es que no me ama. Creencia muy extendida entre los más jóvenes y sumamente dañina. Esta idea argumenta que los celos son un indicativo de amor y que si nuestra pareja no se siente celosa es porque en verdad no nos quiere tanto como dice. Hay que señalar alto y claro que los celos más que una muestra de amor, son una señal de inseguridad hacia uno mismo. Cuando alguien se siente celoso es porque percibe una amenaza de perder el vínculo emocional que comparte con alguien. Sin embargo, si las personas involucradas en la relación se sienten seguros de sí mismos, no tienen por qué haber celos.
Cuando se ha perdido la pasión, se ha perdido todo. La pasión es un componente importante de la relación, pero no lo es todo. Debemos aprender a separar el amor del enamoramiento. El amor implica un lazo más profundo y no sólo las muestras “románticas” de amor. La pasión de los primeros meses sólo suele durar esos pocos meses, pero el amor conlleva algo más, se trata del compromiso y de la búsqueda del bienestar de ambos, un amor que no idealiza sino que acepta al ser amado con sus virtudes y defectos. Por supuesto que es importante cultivar el romanticismo y conservar la pasión, pero no es lo único ni lo más importante del amor.
Con las ideas mucho más claras nos leemos la semana que viene. ¡Saludos!