Las distorsiones cognitivas son maneras de pensar engañosas que nos creemos y de las que estamos completamente convencidos. «Distorsionan» la realidad, lo que pensamos acerca de nosotros, nuestro futuro y lo que nos rodea.
Si interpretamos a través de estas distorsiones cognitivas el mundo no nos sentiremos bien ya que nuestras interpretaciones serán erróneas.
Lo ideal sería que nuestra forma de pensar se ajustara como un guante a la realidad. Así nos evitaríamos sentirnos mal, no tendríamos síntomas depresivos ni ansiosos.
Son muchas pero os explicaré gráficamente las más habituales:

1. PENSAMIENTO POLARIZADO, DICOTÓMICO O ABSOLUTISTA: se trata de la tendencia a ver las cosas de forma categórica y en los extremos: todo o nada, siempre o nunca, blanco o negro.


2. INFERENCIA ARBITRARIA o ADIVINACIÓN: Llegar a una conclusión sin evidencias o incluso con evidencias contrarias. Pueden ser anticipaciones sobre el futuro o adivinación de lo que el interlocutor está pensando.

3. SOBREGENERALIZACIÓN o tendencia a sacar conclusiones para todo en base a un caso aislado. Suele acompañarse de un ETIQUETAJE en términos absolutos (soy un fracasado, en el ejemplo).

4. VISIÓN CATASTRÓFICA: Calificar una situación como intolerable e insoportable cuando en realidad no lo es tanto. A la vez se subestiman los aspectos positivos.
5. DEBERÍAS o TIENES QUE: Aplicar de forma rígida las reglas sobre nuestras obligaciones y las de los demás. Centrarse en lo que uno piensa que debería ser en lugar de lo que es y aplicar reglas rígidas con independencia del contexto.
**Algunos psicólogos piensan que esta distorsión es la base de la mayoría de los trastornos emocionales**

En mayor o menor medida, todos podemos presentar alguna vez algún tipo de distorsión cognitiva y saber detectarlas y analizarlas nos ayudará a tener una mente más clara, desarrollando actitudes más positivas y, sobre todo, REALISTAS.
“Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.”
Proverbio árabe