El mes de septiembre es por excelencia la temporada donde algunos sufrirán el denominado “Síndrome Post-vacacional”, pero ¿en qué consiste?
Los síntomas a nivel físico se pueden presentar en forma de cansancio, fatiga, falta de apetito, sueño, dificultad para la concentración e incluso se puede llegar a tener molestias estomacales o musculares. Además, a nivel psicológico se puede apreciar una conducta de falta de interés, irritación, nerviosismo, tristeza o falta de motivación.
En torno a un 45% de los trabajadores en España sufren este malestar físico y emocional en el momento en que se incorporan al trabajo después del periodo de vacaciones y hace que su rendimiento laboral y su vida familiar y personal se vean afectadas (discusiones y problemas con la pareja o los hijos).
¿CÓMO SUPERARLO?
- A medida que se acerca el fin de las vacaciones, una vuelta progresiva, aunque no sea completa, a la rutina habitual puede favorecer que ese cambio no resulte dramático ni catastrófico.
- Si es posible prioriza y empieza desde las tareas más sencillas a las más complejas.
- Respeta las horas de sueño. Aunque en tus vacaciones hayas podido trasnochar y dormir de más o de menos, es importante que regularices tus ritmos de sueño tras tu vuelta al trabajo.
- Corta con los pensamientos recurrentes. Dar vueltas en la cabeza, una y otra vez, al mismo tema sólo incrementará tu ansiedad y tu sensación de falta de control.
- Fíjate en lo positivo. A lo largo del día también nos pasan cosas buenas. Además no todo el mundo tiene la suerte de tener vacaciones ni un trabajo al que volver…
- Organiza tu tiempo y diviértete. Del mismo modo que empleas un tiempo al día a trabajar, asegúrate de dedicar un tiempo también para ti mismo y las cosas que te gustan.
Con estos pequeños gestos seguro que harás más amena tu vuelta y, en cualquier caso, los síntomas no deben durar más de 15 días.
¡¡¡Suerte!!!