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LA MUJER PERFECTA

Nasrudin conversaba con un amigo.

– Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?

– Sí pensé -respondió Nasrudin. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.

Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.

Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.

– ¿Y por qué no te casaste con ella?

– ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.

El perfeccionismo

Es la creencia  de que todo lo que se hace y se piensa ha de ser perfecto. Son una serie de pensamientos y comportamientos destinados a alcanzar unas metas demasiado elevadas y poco realistas. En el supuesto de no ser así, como él lo tenga establecido en su mente, la ansiedad, frustración y desesperación que le genera le resulta insoportable de sobrellevar.

No acepta jamás el fracaso ni el ridículo. Toda persona debe tender a realizar las cosas lo mejor posible y a cumplir los objetivos que se haya marcado. 

En el corazón del perfeccionismo se esconde una baja autoestima y la idea de no ser lo bastante valioso o competente.

Nuestro valor como persona parece depender de lo que hagamos y lo bien que lo hagamos, ya que de lo contrario parece que “no valemos nada”

 Qué causa el perfeccionismo

Por lo general, los perfeccionistas han aprendido desde su infancia que los demás los valoran por sus logros, y no por sus cualidades personales. Pueden haber vivido en un ambiente exigente en el que los fallos no son aceptados o tolerados, o en el que el fracaso es considerado como algo terrible.

De este modo, su autoestima estará basada en hechos externos. Son demasiado sensibles a las críticas y opiniones de los demás, pues su autoestima depende de ellas. Para protegerse de dichas críticas y mantener su autoestima alta, intentan hacer perfecto todo aquello que pueda ser objeto de crítica por parte de los demás.

¿Merece la pena vivir así? ¿Consideráis realista intentar hacer todo perfecto? ¿Qué importancia le dais a la opinión de los demás? Hay una parte positiva y es, como siempre, que todo lo aprendido se puede desaprender, ¡a por ello!

Nos leemos el próximo jueves 😉 😉 Y recuerda…

Mientras una persona duda porque se siente inferior, otra está ocupada en cometer errores y volverse superior” (Henry C. Link)

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